Locuras

Ellos eran una pareja diferente a las demás, ellos se llevaban de lo mejor en los asuntos de intimidad pues cada uno tenia sus trucos para sorprender al otro. Ella con su basta experiencia por el paso de los años, sus vivencias sexuales hacía que él explotara de placer.

El, está adentrandose en las aguas de los ríos de la sexualidad, un aprendiz pero cargado de ideas, ideas locas en cuestiones del amor. Tu eres un loco así le decía ella cada vez que él la sorprendía con una de sus ocurrencias. En la intimidad no quedaba un lugar, un centímetro, un milímetro sin recorrer que ellos no hicieran algo nuevo para agradarse mutuamente.

Los días pasaron y ellos seguían sus juegos amorosos para evitar caer en la monotonía, cosas nuevas, locas, inexplicables, solo ellos sabían... Hasta que un día él se jartó y quizo hacer algo diferente.

Un Día como era de costumbre

Ellos estaban en los alrededores de Cinema Café, sentados en uno de los muchos banquitos que hay en el lugar. Eran las 7 de la noche, ya empezaba a oscurecer y él le hizo una propuesta, se lo susurró en el oído y ella le sonrió en señal de aprobacion. Ella le dice: y si nos encuentran?? él le dice: no te preocupe yo voy a resolver esto de otra forma. Como ustedes sabrán en aquel lugar hay muchos militares cuidando la zona, él habilmente se encuentra con uno y le dice:

- Comando, que hay como ta la vaina??
***** ah la vaina ta bien.
- Mire yo le quiero pedir un favorcito
***** digame, digame!!
- el asunto radica en que estoy en una situacion, yo tengo dinero para irme para una cabaña pero quiero probar con algo diferente.

En lo que él habla saca de su bolsillo $500.00 pesos, le estrecha la mano al oficial. Este, sin cenar, sin un chele en lo bolsillo no lo pensó dos veces y lo tomó. El acuerdo era que cuidara de ellos, de que no viniera nadie a interumpir aquel momento de lujuria, locura, amor, placer, total... sin palabras para describir.

Aquellos muchachos inventando en un lugar inusual para este tipo de accion. Se degustaron uno al otro y asi cumplieron otra de sus ocurrencias en un momento de locura.

Que conste que no me pasó a mi.