20 nov 2007

EN PARA

Mi papá ha sido comerciante toda su vida, desde pequeño estuvo involucrado de lleno en el negocio mi abuelo de ahí paso a crear una entrada por otro lado, decidió tener su propio colmado en Cotuí. Las cosas marchaban bien, los años pasaron y se dio la posibilidad de mudarnos hacia Santo Domingo en busca de mejoría. Mi padre consiguió comprar un colmado a muy buen precio, lo único que a mi no me gustaba era que quedaba en un barrio muy caliente de esta ciudad capital.


El colmado tenía quien lo atendiera, pero yo tenía que estar supervisando la zona para evitar que el Dependiente se llevara algo. La vaina e´ que eran las 6 de la tarde y el movimiento de los Tiguere empieza a sentirse, algunos me miran como diciendo:


– Bi, y este que busca por aquí.


Yo cojo mi derecha para evitar roce con ellos, pero mas adelante me encuentro con otro grupo, dos se salen de la manada y se dirigen hasta mi con su cara de malicia. En ese momento activo el instinto de supervivencia y busque la forma de zapateármele.


Muere la noche y es en ese momento cuando se producen choques entre bandas, se escucharon tiros, mujeres gritando, la gente cerrando sus casas. Cuando todo se calmó yo salí a comprar algo a la farmacia, eran las 8 de la noche, no había luz y cerca del teléfono público me esperaban 3 tiguere.

¿Coño que hago? ¿Cómo me libro de esta? me pregunté.

Sigo caminando y pensando que voy hacer, sus intensiones era atracarme. Doblo por otra calle para evitar un nuevo encuentro y para mi sorpresa, Más delicuentes, jodiendo con droga y al fondo se escuchaban los gritos de una mujer violada.


Me jodí. Me devuelvo y al buscar otra salida mis perseguidores me encuentran, era a quitarme todo que iban y sabrá Dios a que otras cosas mas. Es en este momento en el que tuve que aplicar la técnica Juyen Do que me enseño un amigo japonés. Salí como una pedrá corriendo olvidándome de mi Asma ya que mi vida estaba en peligro, una pendiente hacia arriba me supo a nada a la velocidad que iba. Vi el puente que comunica a la Avenida del Puerto:


Si por lo menos llego hasta ahí me salvo – pensé.

Sentí una ráfaga a una velocidad cortante que pasó sobre mi cabeza, otra por mi lado derecho y ya llegando a donde podía resguardarme me impactaron con un tiro en la espalda. La adrenalina estaba tan alta que sentí el tiro pero aun seguía corriendo tratando de salvarme, pero me agoté, me alcanzaron y al momento de finiquitar con mi vida con un tiro fulminante…


Desperté y di gracias a Dios que esta maldita vaina haya sido una pesadilla.

11 comentarios:

Nikkei-Girl dijo...

Me alegro de que haya sido una pesadilla. Pero, muchos viven la misma pesadilla, día a día y no saben cuándo van a despertar.

EmyVida dijo...

ufff!! con otro asi y me lo creo!!

Mattias Alou dijo...

Coño que maldito sueño mas desgraciao!!!!!!!!............

Dashy dijo...

jesu maria y jose!! pero cualquiera le sube no se que leyendo este cuento!! padre amado... segun dice mi abuela "los sueños sueños son y nada mas"

Floralba dijo...

Cualquiera te ajorca...q susto.
Què bueno que fue solo una pesadilla.

DrLacxos dijo...

jajajaja Diablo ya por poco me lo creía!

Cuando despertaste te levantaste cansao?

Carolin Guzmán dijo...

Uhiiiiiiii que alivio. Me asustaste Javi! jejeje gracias a Dios que fue solo un sueño, aunque como dice Nikkei la delincuencia es del día a día.

megamonchy dijo...

Te deberiamos darte un tiro, por charlatan.

Alejandro Correa dijo...

Javi, si el tiro hubiera sido de verdad, la historia fuese mas divertida...barbarazo...

Awi dijo...

conchole me lo crei tambien....

Ángel Antonio dijo...

Por poco y me lo creo, hey pero eres bueno como cuentista, postea unos cuanto de vez en cuando ;)